ACONTECIMIENTOS HISTORICOS |
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En la Historia siempre han existido las casualidades. De hecho, muchos hechos históricos encierran algunas curiosidades que han propiciado que se pase a los libros de Historia, omitiendo esas casualidades. Aquí traemos algunas de éstas, en honor a aquellos hechos que los libros esconden a los ojos del público:
· En el año 413 a. C. Demóstenes y el ejército ateniense se encontraban semi-cercados en Siracusa (Sicilia). Demóstenes convenció al jefe Nicias de que era mejor levantar el sitio de la ciudad antes de que siguieran llegando refuerzos al enemigo. Cuando se estaban marchando, hubo un eclipse de luna, siendo considerado de mal agüero por Nicias. Así, contra toda razón, y para desesperación de Demóstenes, decidió que la marcha debía aplazarse “tres veces nueve días”, tal y como prescribían los adivinos. Nicias, Demóstenes, 43.000 atenienses y los adivinos pasaron a mejor vida por ese error táctico que sobrevino por culpa de la Luna.
· Tras la muerte de Isabel I de Rusia en el año 1762, al revisar sus aposentos, se encontraron más de 15.000 vestidos. Pero lo más curioso es que se ponía todos los vestidos (cada día se ponía dos, tres o cuatro vestidos, y eso sin contar fiestas, reuniones y recepciones, donde el número se dispararía hasta el absurdo).
· Todos conocemos la historia de la peste negra, la viruela y otras enfermedades que asolaron en el pasado, diezmando la sociedad de la época. Pero una de las enfermedades más extrañas fue la que se declaró en Inglaterra en el año 1496, conocida como el “sudor inglés”. Rápidamente se extendió por toda Europa, causando estragos entre niños y jóvenes de todo el continente. Escalofríos nocturnos y accesos febriles, dolores de cabeza, palpitaciones, náuseas y ahogos, siendo lo más característico una gran sudoración seguida de una erupción cutánea acompañada de manchas o llagas. En los casos leves los síntomas remitían al día siguiente, pero a veces se complicaba con delirios, parálisis y somnolencia. Lo curioso es que esta rara enfermedad despareció tan rápido como se extendió: tan sólo 50 años después, ya remitió completamente y, hasta la fecha no se tienen noticias de que haya vuelto a hacer de las suyas.
· Algunos se preguntan como eligen los nombres de los futuros monarcas, ya que representará a un país y deberá tenerse sumo cuidado con algo que puede ser motivo de burla, honor o enojo… pero en el caso de Jaime I, su madre, María Montpellier escogió el nombre del bebé con el siguiente método: encendió doce grandes cirios que representaban a los doce apóstoles, por lo que cada uno llevaba un nombre. El último en consumirse sería el elegido para que el futuro rey llevase el nombre al que representaba. Así se dispuso, resultando el cirio de “Santiago” el que se apagó más tarde, por lo que se puso ese nombre.Estas y otras historias deberían darse en clase, a nivel de primaria y secundaria para que los niños sintiesen una mayor fascinación por la Historia, por la historias, por aprender del pasado, saber qué fuimos, qué somos qué seremos…Fuente: Historiarte.net
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